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Cóndor andino © AICB

El más antiguo cóndor sudamericano descubierto

Con cerca de 14 millones de años, el nuevo fósil peruano nos revela nuevas pistas sobre la historia evolutiva de esta magnífica ave

Publicado: 2015-07-30

El ave voladora con la segunda envergadura alar más grande del mundo (∼3 m.), el cóndor andino, tiene una larga historia evolutiva en América del Sur. Hasta hace poco, los restos más antiguos de cóndores sudamericanos databan entre 10-7.5 millones de años (Ma), con fósiles provenientes de la conocida área fosilífera de Sacaco, en la costa norte de Arequipa (Perú). Sin embargo, con solo cuatro especies paleontológicas descubiertas en lapsos temporales amplios, persisten grandes interrogantes sobre su evolución y radiación adaptativa. Los paleontólogos sostienen que los ancestros de los cóndores evolucionaron en América del Norte y que habrían aprovechado los corredores costeros del flanco occidental de los Andes para expandirse al territorio sudamericano. 

Una pregunta interesante es cuándo lo hicieron y si fueron varias radiaciones o sólo una”, dice el paleontólogo Rafael Varas-Malca, coautor del estudio. 

Kuntur cardenasi, un cóndor de 14-10 millones de años recientemente descubierto en Perú, se adiciona a estos registros y refuerza hipótesis previas acerca del origen de los cóndores sudamericanos. Este nuevo fósil, del tamaño de los cóndores andinos más grandes, junto con otro cóndor fósil peruano llamado Perugyps diazi, evidencian que estas aves ya exhibían grandes tamaños durante el Mioceno (∼10-5 Ma), en contraposición a los cóndores norteamericanos que los alcanzaron recién durante el Plioceno (4.9 Ma).

Es un caso de evolución del tamaño independiente ligado a factores ecológicos paralelos” señala el biólogo Marcelo Stucchi, autor principal del trabajo. “La disposición de alimentos en estas costas fue un factor clave para desarrollar grandes tamaños”, sostiene Stucchi.

El fósil procede de la nueva localidad fosilífera llamada Laguna Seca y ubicada a 30 Km al sureste del distrito de Ocucaje, en el desierto de Ica. Antiguos fósiles de delfines, focas, ballenas y aves marinas fueron encontrados en las mismas capas que el cóndor. Al igual que sucede con los cóndores modernos, las carcasas de estos animales marinos varados en las playas seguramente le sirvieron de alimento a Kuntur y sus predecesores. 

El paleontólogo Mario Urbina-Schmitt, coautor del estudio, señala que “esta localidad es especial pues incluye varias formas de tamaño inusualmente pequeño, varias nuevas para la ciencia. Además, por primera vez se pueden encontrar fósiles que previamente teníamos registradas más al sur, en Sacaco, pero estos están mejor preservados”. “El cóndor es una de las muchas sorpresas de Laguna Seca” añade.

El nuevo cóndor extinto fue nombrado Kuntur cardenasi, en honor a Santiago de Cárdenas. El legado de este peruano que vivió durante la Lima virreinal (S. XVIII) es sin duda digno de admiración. Durante más de una década, incontables observaciones del cóndor andino – que en ese entonces visitaba la capital con la frecuencia que ahora lo hacen sus parientes los gallinazos – de vuelo, de su anatomía, e incluso del comportamiento de los vientos dieron como resultado una obra pionera que pretendía incentivar al virrey Amat construir una máquina que le permitiera al hombre planear desde Lima hasta España. Sólo fue recordado como el loco que quiso volar en las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma. Más tarde, poco de ese manuscrito olvidado se recuperó y fue suficiente para que la Aviación peruana decidiera considerarlo en 1930s como el precursor de la aeronáutica sudamericana.

Las excelentes observaciones de Cárdenas sobre la biología del cóndor y de la mecánica del vuelo en estas aves captaron mi atención instantáneamente” señala Stucchi. 

Armándose de una copia del manuscrito original, el biólogo hizo las comparaciones de esas primeras observaciones con lo que se conoce actualmente de la anatomía de estas aves y llegó a la conclusión que eran considerablemente precisas. “Sin duda es un ejemplo de perseverancia y esfuerzo que nadie secundó pero que tuvo un resultado muy adelantado para su época”. La historia de este pionero fue un excelente aliciente para que los autores decidan rendirle un justo homenaje al que debe ser considerado como el primer naturalista y ornitólogo del país.

Biólogos y paleontólogos de la Asociación para la Investigación y Conservación de la Biodiversidad (Marcelo Stucchi), del Departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural UNMSM (Rafael Varas-Malca, Mario Urbina) y de la University of North Carolina (Steven Emslie) estuvieron a cargo del estudio.

Los restos fósiles descubiertos se encuentran depositados permanentemente en el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú. Con este descubrimiento, el número de especies paleontológicas de aves nuevas para la ciencia que alberga esta institución asciende a once.

La investigación se publicó online en la Journal of Vertebrate Paleontology en julio del 2015, que pertenece al grupo editorial británico Taylor and Francis.


Referencia:

STUCCHI, M., S.D. EMSLIE, R.M. VARAS-MALCA & M. URBINA-SCHMITT. (2015). A new late Miocene condor (Aves, Cathartidae) from Peru and the origin of South American condors. Journal of Vertebrate Paleontology. DOI:10.1080/02724634.2015.972507

Más sobre Santiago de Cárdenas:

STUCCHI, M. (2012). Primeras observaciones de la biología del cóndor andino en el Perú: los estudios de Santiago de Cárdenas, Lima - siglo XVIII. Asociación para la Investigación y Conservación de la Biodiversidad, Lima. 39 pp.

CÁRDENAS, S. DE. (1937) [1762]. Nuebo (nuevo) sistema de nabegar (navegar) por los haires (aires) sacado de las obserbaciones (observaciones) de la naturalesa (naturaleza) bolatil (volátil). Imprenta Torres Aguirre, Lima. 277 pp.


Escrito por

Rafael Varas-Malca

Paleobiólogo, investigador del Departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural UNMSM.


Publicado en

PaleoBlog.pe

Notas sobre los mundos perdidos que sólo los fósiles nos podrían contar.